El que mira desde afuera o desde adentro a través de una ventana posiblemente este reconociendo el mundo, el cielo o la gente que pasa sin hablarle, o aquellos buitres de la muerte que vuelan sin poder sacarle el corazón. Esta ventana alumbrará su soledad. Podría inclusive abrirse otra en medio del mar, y solo verían el horizonte, el mundo quedaría lejos al otro lado de la arena, allá donde vive la soledad y la memoria.


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